“El diagnóstico y
tratamiento del cáncer supone una situación estresante, no sólo desde el punto
de vista físico, sino también y muy especialmente desde el punto de vista
psicológico, ya que además de enfrentar la enfermedad y sus tratamientos, –y la
amenaza que puede suponer para la vida -, la paciente tiene que adaptarse a
pérdidas importantes en varios aspectos, como son los referidos a los cambios
en su imagen corporal y a los sentimientos y actitudes que ello necesariamente
conlleva”. Sebastián, J., et al. 2007